domingo, 19 de diciembre de 2010

Psicoanálisis

- Dime algo
+ Buh
- Algo que tenga sentido.
+ Los monos son bonitos.
- ¿Qué?
+ Me gustan los monos pero menos que el algodón de azúcar o una coca cola sin gas.
- Contesta a una simple, ¿qué sientes?
+ ¿Cuando qué?
- Normalmente
+ Cada día es distinto y siento cosas diferentes.
- Interesante, pero no me has dicho que te pasa por tu cabeza.
+ Eso no me lo habías preguntado, y ¿para que quieres saberlo?¿Acaso yo te pregunto, si tienes hijos?
- No, pero me parece curiosa tu actitud.
+ Y entonces, me haces preguntas. ¿Para qué?
- ¿Cuando empezaste a dejar de sonreír?
+ Las casas de colorines !me encantan!
- ¿Qué? ¿Por qué,coño, no me respondes a lo que te pregunto?
+ Porque no quiero, así es de simple. ¿Para que sepas como soy? Así sabrás mis puntos débiles, lo que me hace sonreír (si lo hago) o quien me hace feliz. Así sabrá hacerme daño y eso no te lo permito. Por eso no te quiero responder a tus malditas preguntas, ni decir cosas coherentes, por que quiero ser el silencio en este informe.

martes, 16 de noviembre de 2010

Así es la realidad.

-Tengo ganas de contarte una historia, que sea coherente, pero no sé por donde empezar. Más bien no sé como decirtelo. Las palabras no me salen cuando intento contar esa maldita historia. No es bonita,aunque lo parezca, y no termina muy bien que digamos. Así es la realidad.

Uno, dos, tres...

No hace mucho, máximo quince años. Para tí es mucho, para mi un tierno suspiro. Había una chica que se sonrojaba cada vez que aquel chico la miraba. Ella no le dirigía palabra alguna, no se atrevía.

Pero un día, el le sonrió, ella le devolvió la sonrisa. Empezaron a hablar. Poco a poco, pero día tras día, se conocieron. Se veían todos los días en el parque, allí imaginaban como un barco pirata llegaba a la ciudad y se reclutaban o simplemente como se podían enamorar sin sentir el dolor de la otra persona. Sus peculiares charlas pasaron a no ser solo en un parque, ya que estaban en su peculiar armonía.

Un día que llovía, ella salió de casa. Pensando que la lluvia no la tocaría, pero fallo. Las gotas intentaba meterse dentro de ella, necesitaban sentir su piel. Estaba cerca de la casa de el y pensó que le podría dejar un paraguas y ropa seca. La puerta del portal estaba abierta y entro. El vivía en un edificio construido en los años sesenta. Las escaleras que ella pisaba eran de madera y su pasamanos era metal, de color negro. Subía rápido, tenía ganas de verlo ya que hacía 3 días que no sabía nada de el. Le había dicho que tenía que terminar un trabajo para la universidad; estaba en el último curso de ingeniería de camino.

Llego al cuarto piso y petó en la puerta, tardaron tanto en abrir que ya estaba apunto de irse. Pero cuando la puerta se abrió, no era el, si no una chica en camiseta larga y calcetines. Pensó que había confundido y se iba a marchar pero apareció el.
-¿Qué ha pasado?
-Nada... solo quería decirte ... algo... pero ya da igual. Chao
-Pero si estás empapada. ¡Espera!

Ella salió corriendo mientras la tormenta empezaba a marcar el tiempo de aquella semana. No sabía lo que le pasaba, lo que sentía. Todas esas tardes con el, todo lo que sabía de el... Era extraño pero le gustaba. Mientras tanto seguía corriendo pero su voz la hizo parar en seco. Respiraba rápido y se salía vaho de la boca, se dio la vuelta y lo miró.
-Lo siento, no es nadie. No te tienes que preocupar.
-¿De que me voy a preocupar?¿Que esté una chica en tu casa medio desnuda? Si claro... Y mañana por la mañana te acompaño al médico ¿no? Es que por favor, yo preocupada por tí, por tu relaciones. Permíteme reírme.
-¿Acaso estas... celosa?
- Bueno primero que estoy preocupada, después celosa. ¿Que has bebido Daniel?
-Pues nada son tus reacciones: aparecer en mi casa y no decirme nada, salir corriendo, ponerte borde... Yo creo que...- El sonrió- Ella no es nada importante una chica que conocí ayer en un bar. Nos gustamos físicamente y ya. Así que tranquila.
-¿Como que tranquila? ¿Tú que crees, que me gustas?
Se miraron y se besaron.

Sin quererlo, igual como se habían conocido, empezaron a quererse. No tenían muy claro que cuando se estaban conociendo se comenzaban a gustar... Era una historia extraña pero era su historia.

- Sería bonico que la historia terminase así ¿no? Con un tierno final pero lo siento, cariño, la historia prosigue un ratito más, soló un poco más.

Ellos estaban bien, se complementaban. Los meses pasaron, y todo seguía como el día de la lluvia, el día que se miraron fijamente por primera vez. Se querían y para ellos era suficiente. Los domingos se los pasaban en pijama, escuchando jazz y viendo películas de todo tipo. Vivían en su pequeño faro donde nadie les podían hacer nada y cada día era diferente, donde los sueños flotaban en el ambiente como sus sonrisas, sus te quieros y sus caricias escondidas por aquel apartamento.
Pero un día todo cambió. Es así de cruel y de simple. Cuando Daniel supo lo que venía encima, se escapo. Un día, ella volvió de la universidad y el ya no estaba. Se había ido para siempre. No había dejado nada en aquel apartamento azucarado pero que en realidad ya no tenía ni un pizca de dulce. Dejo una nota que ponía: "No quiero que me busques, ni intentes saber de mi. Ya no existes para mi, ni tú ni el. Lo siento pero esto tiene que ser así, porque quiero que sea así"

- Pensarás, que habría pasado para que Daniel se fuese de ese modo tan brusto. Yo te lo diré. Apareciste tú.
- ¿Yo?
- Sí, tú. Porque cuando tu padre supo que ibas a nacer, se intento desaparecer pero no lo consiguió. Lo que llevo a hacer como si no nos hubiese conocido nunca. Lo ví muchos días y el nos vio a nosotros, caminando por la calle de nuestro primer beso o estando en ese parque donde iban a venir aquellos piratas...
Esos dos primeros años fueron difíciles. Yo estudiando, trabajando, cuidándote y viéndole a el. Cada vez que lo venía tenía ganas de llorar, chillar, reprocharle todo, y decirle que estaba mejor sin el pero nunca lo hice no fui capaz. Un día un amigo común me dijo que se iba de la ciudad, desde aquella nunca más lo he vuelto a ver.
Esto es lo que tenía escondido todos estos años, no me atrevía a contártelo pero ya está. Esto de alguna manera fueron tus comienzos y no te deben causar ningún daño porque es una historia de tantas.





domingo, 14 de noviembre de 2010

Esperanza

Las cosas pasan siempre por algo bueno. Eso es lo que intentaba pensar Sofía, después de volver con los pies doloridos y los ojos llorosos. Se tumbaba en la cama y se quedaba dormida, sin pensar. Porque eso es lo que más odiaba de todo,pero era lo que más hacía. Cada día la barriga le pesaba más. Se sentía sin identidad. Como una sombra que nadie ve.
Hacía tres semanas que había mudado, y no tenía nadie con quien hablar. La gente de su clase, no se acercaban a ella por dos razones. La primera por Alberto, la segunda porque el teatro era una de las dos únicas que le hacía disfrutar por completo, por eso lo cuidaba, y le salí también.
Vivir en el edificio de sus abuelos, le hacía rememorar demasiadas cosas bonitas, se daba cuenta de lo muchos que los quería y de tantísimos que les echaba de menos.

Lo único que le sacaba una sonrisa y la tranquilizaba era ir al Retiro. Ver a la gente en las barquitas e imaginarse sus vidas.

Un día, mientras tenía la mirada perdida un chico le dijo: - ¿me puedes decir porque tienes los ojos tan bonitos?

jueves, 7 de octubre de 2010

Haciendo dedo se llega a cualquier lugar.

Tras un ducha de agua de nubes, todo se ve con mas detenimiento o es porque me he vuelto mas fría con todo que me rodea. Me explico, en realidad veo todo con otro lente..

Me he dado cuenta, que a las personas normalmente les gusta sufrir o aferrarse a recueros del pasado y no ver lo que realmente les hace sonreír.
¿Porque pensar que el primer amor es el que siempre dura? Y nunca olvidarás aquella tarde con tantas sonrisas.

Quieres hacer todo para que eso vuelva. Sin darte cuenta que tu haces todo aquello. A lo mejor con personas diferentes o con la misma pero una diferente situación.
Nuestros pensamientos son lo mas terrible que tenemos y también lo mejor de nuestras vida. Solo hay que saber como usarlos.

Y mientras tanto, siempre puedes llegar haciendo dedo a cualquier lugar

domingo, 19 de septiembre de 2010

Te echaré de menos

Me despedí del verano, en la misma posición que lo empecé. Con la misma música y con muchas expectativas. Algunas se cumplieron, otras no, y estoy contenta que las que no se cumplieron. Porque si no ahora no estaría con una sonrisa y deseando que los Domingos sean Lunes. Deseando bailar en medio de la calle y hacer cosas nuevas. Sentirme bien. Tirarme en el prado y beber una cerveza bien fría.

Me despedí del verano, sabiendo que a mi la rutina no me atrapará. Como mucho me rozará la mano, le daré un beso y me iré. Cantando la nueva canción de un disco por ahora inexistente.

Mi verano me empezó con nervios, llantos y dolor. Me despedí de el sonriendo, con los brazos abierto, esperando que vuelva a pasarse pronto y sin nada nuevo que contar.

Ayer, la inspiración volvió. Y todavía la sonrisa fue más grande.

Adiós verano, te echaré de menos.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Algo ya escrito

El mundo da vueltas, sin esperar a nadie. Pero cuando eres pequeño tus padres paran su mundo o lo llevan mas lento para que tu lo empieces a seguir su ritmo. Paulatinamente el compás se acelera, tus pasos crecen como tus sueños. Sin darte cuenta, Peter Pan ya se ha quedado pequeño y tu osito de peluche decora tu habitación. Las palabras no son solo palabras y las sonrisas pueden tener un doble sentido. Te interesan cosas que nunca pensaste que te interesarían y parece que mucha de la inocencia que conocías a emergido junto a la Atlantica; pero sigues bailando por la calle (aunque la gente te mire), deseando que te cuenten una fabula donde todo termina bien y que te canten la canción de cuna que solías escuchar cuando no te podías dormir por las sombras. Tu seguirás creciendo eso es inevitables y sentirás las centrifugas vueltas del mundo sobre tu cabeza, pero sonríe al paso no te olvides de los pequeños detalles de tu infancia y la magia incrustada en una manzana roja, o un punto de luz en la pared o en la misma sombra. Muchas cosas te sobre pasaran, intenta que no puedan contigo, porque tu sabes que podrás con ellas; como cuando eras pequeña sabías que todo estaría bien estando en tu refugio de cojines y mantas.


Dentro de no muy poco tendré 17 años, y todavía me gusta dormir en la cama de mi madre cuando tengo miedo. Pero me doy cuenta que estoy creciendo y eso como siempre me repele. Todavía espero que venga un tal Peter venga a rescatarme de la madurez y que campanilla me rocié con su polvo, pensar en cosas bonitas y volar. Creo que fue le primer sueño que tuve, el de volar el de escapar de la trampa de la edad. Todos los niños desde pequeños han querido crecer yo era y soy un caso extraño no quería crecer quería ser pequeña para poder no tener problemas y poder comer todos los helados que quería sin pensar en cuantas calorías tiene.

jueves, 26 de agosto de 2010

Me gustan las tardes de domingo que no son domingo.

Estaba escuchando música y se me vinieron recuerdos, sensaciones, imagines y antiguos problemas. Los comparo con los nuevos.
Son muy parecidos pero ahora soy fuerte. No tiemblo ante nadie y nada me hace dudar. Podría soñar con volver atrás y cambiar las cosas, pero no quiero. Ahora vivo el presente, y no pienso en el futuro porque todo llegará a su debido tiempo. Volver a enamorarse, conocer gente nueva, amar mas las ya conocidas, tener problemas y resolverlos, volar, viajar, encontrar a tu amor platónico y decirle que casa te conmigo en tus sueños, comer pipas, tirarte al mar, fumar, bailar, hacer el ridículo y muchas cosas más.

El verano se acaba. Y para mi ha sido revitalizador, me ha cambiado y sin hacer mucho.

El mes de junio lleno de brillo y alegría, para mi fue como asomarme al infierno y ver de reojo a Lucifer. Empecé a sufrir mas que los anteriores meses.
Pero el verano empezó, una pierna sonrisa me volvió a mi cara. Era insegura, llena de miedo, cobarde y también inexperta. Hacía mucho tiempo que no se asomaba.
Yo empecé a aprender a vivir sin mi tristeza habitual, y no la echo nada de menos, a vivir siendo como soy y sin sentirme mal. Cuando comencé a saber vivir feliz, volvió mi locura, mi estupidez y las ganas de comer.

Este verano no he hecho grandes cosas aparentemente, pero gané mi gran reto personal volver a vivir alegre y ahora no hay quien me paré. Se afrontar las cosas sin llorar y saber dejar de pensar en cosas que me no me dejaban dormir.
Me siento algo diferente, porque hasta me gustan las tardes de domingo que no son domingo. En las cuales estoy en leggins y camiseta grande, como pizza, veo pelis y no salgo de casa; porque ahora sé sacarle partido a cualquier situación sin sentirme débil.

lunes, 23 de agosto de 2010

Pongamos que esto es el principio

Una cuerda sostenía sus vidas, una construyéndose y otra a punto de cambiar. Todo estaba dando un gran cambio. Dentro de una semana, empezaría sus estudios deseados. Soñaba con recitar a Shakespeare o a Lorca, interpretar un Romeo en la piel de una mujer. Quería vivir demasiados cosas para una sola vida, y por eso amaba el teatro. Caminar por un escenario, sentirse importante, mientras todos la miran, poder cambiar la perspectiva de alguien o hacerlo sonreír.
En septiembre empezaría a vivir en Madrid, en el centro. En un viejo edifcio de su abuelo. Donde pasaba sus calurosos veranos. Ella pensaba que hacía en verano en la capital, donde el ostentoso calor le derretía el cerebro. Cada año, como un monótono y repetitivo vals, pasaba lo de siempre. La visita al Prado, una opera, un concierto de la sinfónica, un día de compras con su abuela... A ella no le gustaba esas cosas tenían un cierto polvo, ya encima. Su padre sabía que odiaba todo aquello, pero el necesitaba un tiempo para buscar nuevos negocios, para salir de ese mundo de deudas. Pero el verano de los dieciséis todo cambio, habían alquilado a una familia un de los apartamentos para sacar algo de dinero para su hijo. Y allí apareció su liberación, con pantalones pitillos, una camiseta de los Beatles y un gorro de paja. Aquel noche escucho un alboroto por las escaleras, risas, voces altas y un cierto olor parecido al despacho del director. Pasaron dos días con la misma situación y a la tercera, sucedió. Era las siete de la tarde, Sofía bajaba las escaleras para comprar un helado y despegarse de la fauces de su abuela. Se lo encontró de frente.
Hola, ¿tu era la nieta de los Turati?
Si
Pues da les las gracias, por alquilarnos el apartamento. No se encuentran piso en el centro a estos precios.
Se lo diré.
A por cierto me llamo Manuel, pero todos me llaman Manu.
Yo me llamo Sofía.
Pues encanto. ¿Me dejas hacerte una pregunta?
Si. (Se empezó a poner roja)
¿Estas sola? Osea sola, con tus abuelos?
Si
Y tienes amigos?
No. Mis abuelos no me dejan sola ni un minuto. Creen que como solo me ven en verano, no me pueden dejar soltar.
Perfecto. Esta noche te vienes conmigo. Te duermes pronto y salimos por la gran capital. (Había movido los dedos representando unas comillas en el verbo dormir)
¿Y ahora me compañas a por un helado? Así me cuentas tus planes por la noche.
Okey.
Así, fue como la pequeña niña inocente, conoció la libertada y la amistad más allá de los amigos de colegio. Ese verano empezó creció.

lunes, 12 de julio de 2010

Era torpe, indiscreto y con una cierta ternura.

Sonrió sin saber por qué. Sabía que esa etapa estaba pasada, ya solo era un recuerdo bueno, nada más. Estaba tumbada en el sofá y con los pies para arriba escuchando música para el ordenador. Dentro de poco, sería su segunda ecografía, aunque el bebé ya tenía cuatro meses. Estaba buscando los nombres pero le seguía gustando el nombre de Alberto. Alberto que brilla por su nobleza, se le quedó marcada en la cabeza. Quería que no hiciese sufrir a nadie, quería... que fuese feliz ante todo y ese es lo que más le aterraba. Empezó a recodar su infancia.
Aquel día que su madre dijo "me marcho yo no aguanto más aquí, me agobias" chillando a su padre. Ella estaba debajo de la cama con su pato de peluche abrazándolo y esterando a que la tormenta terminase, pero después de la tormenta todo fue diferente. Su padre fue más humano, más tierno pero su mirada cambió, el brillo en sus ojos se había apagado. Pasó más de tres meses hablando entre monosílabos, su madre había dejado un vació difícil de llenar en esa casa de tres plantas. Donde tiempo atrás, era el sueño de una pareja nueva que no para de besarse y de sonreír. Pero con los años erosionó esa pasión y su amor. Y los gritos fueron los nuevos aliados de una relación con una hija recién nacida. Los años pasaron y los distanciaron.
Ella vivía en una familia perfecra traslas miradas de los demas. Ella se sentía sola.
Cuando su madre se marchó, fue la salvación para Sofía. Ya no estaría sin nadie que la comprendiese. El día que se fue su madre, apareció el padre que necesitaba.
Era torpe, indiscreto y con una cierta ternura que le hacía sonreír enseñando los dientes.
Sus mejores recuerdos eran junto a él y su abuela que les apoyó cuando Teresa, su madre, se fue.

Cogió el teléfono. Iba a romper la liturgia del silencio. Lo llamó, entre lágrimas le contó que iba a tener un hijo. Que el padre del niño era Roberto. Ella había cortado con él. Y él se marcho de la ciudad porque decía que no la podía ver, se le rompía el alma al verla, sin poder besarla. Ella no sabía dónde estaba y no quería buscarlo. Su padre colgó sin decir nada. Sofía se asustó, creía que estaba enfadado. Pero al rato, sonó el timbre. Abrió la puerta y ahí está David, su padre, y lo abrazó.

domingo, 4 de julio de 2010

Antes de los diez minutos y del estruendo de la bocina

Sofía estaba tumbada en la cama, despierta. Estaba desenamorando de un "hombre" que había cambido, y la había cambiado. Se tocaba la barriga y sospecha de algo que le removía la entrañas. Hace unos minutos que había terminado de llorar, y intuía que seguiría, así ella era. Las piernas le temblaban, y su tensión era mas baja de lo habitual. Y no sabía que hacer. Miraba como las manecillas del reloj se movían. Se tocaba el pelo y quería llorar pero las lagrimas no le salían. Rapidamente se levanto de la cama, pero se mareó. Agarró una libreta y empezó a escribir los pasos para no querer a una persona, pero no le ocurría ninguno. Se enfandó demasiado no podía parar de ver las cosas que habían vivido juntos, todo ese largo espacio.
Esperaba que terminase con el tiempo, quería que el tiempo volase rapido para no sufrir de esa manera.
Los días pasaron, como las mareas, algunos neutros otros debastadores. Hasta que llego la bomba, ese sueño que cambió su vida. Lo primero que pensó fue, apocalipsis.
"¿Porque, joder, porque? ¿Ahora que hago ahora?" y se lo callo. "Lo mejor esta nadie lo sepa. Si, si eso es lo mejor, que nadie lo entere".

miércoles, 30 de junio de 2010

Sus últimos diez minutos

Abrio la ventana, tenía calor. Sospechaba que algo cambiaría y sonó la bocina. Volvio en sí. Todo lo que le podía pasar, transcurrirá paulatinamente al compás de tiempo.
Todo llegará me repetía una y otra vez. Todo con el tiempo se calmará, todo hasta el mayor dolor o la última decepción. Pero no podía parar de pensar, cuantas cosas malas le habían pasado. Su balanza del dolor y la felicidad se había destavilizado hacía demasiado tiempo. Sus lágrimas eran continuas y sus sonrisas estaban retenidas por los famosos fantasmas del pasado.Todo por sentir demasiado, por expresarse a su manera, por ser como ellos.
Encendió el ordenador, quería escribir algo, contar su historia. Subió el volumen de la música; era una canción que describía todo de ella y a la vez nada. Se le escurrió una de sus múltiples melancolías matutinas. Quizá este bien eso de irse, pensó. Empezó a buscar lugares donde irse, por Internet.

Desde pequeñita soñó con irse a Nueva York. La ciudad de las luces, donde todo puede ocurrir, donde olvidarse de todo, de empezar de cero. Abrió su cuenta de ahorros , volvió a la realidad, estaba a cero. Esas operaciones de papá, sospechó y se le escapó una sonrisa cautiva, pero estaba triste y débil. Rememoró todo lo que había sido para ella, su padre.

Aquel hombre con mirada perdida y siempre preocupado por los números, por la economía familiar, por su empresa y sobre todo por ella. Esos domingo en el parque de atracciones, antes de que la empresa quebrase, después de que su madre se hubiese ido para no volver.

Volvió a sonar la bocina, fuera, en la calle. Sospechaba que algo no marchaba bien. Salió a mirar por la ventana pero no vio nada, solo era un coche con ganas de descansar. Observó que había un mensaje en el contestador, lo oyó. El teléfono se le escurrió de las manos. Tiró las pastillas que iba a ingerir. Y empezó a llorar de felicidad y a chillar "Ya llegó, tengo que cambiar, por el, por mi".

El mensaje decía que... se le cumplía uno de sus sueños, el otro ya estaba en camino, ser madre.
Las sonrisas se empezaron a escapar de la cruel cárcel de la soledad y el pasado. Sus pequeñas y Sofía se prometieron no volver a estar así más. Por su primer hijo Alberto y por su nuevos estudios, como actriz.

Entonces Sofía escribió en la pared "Todo es cuestión de tiempo, solo hay que esperar para que pase algo bueno"

lunes, 21 de junio de 2010

Mis felicidades

Me encanta caminar por los bordillos de las calles, escuchar el ruido de las hojas secas , percibir una dulce melodía en mis oídos, sentir en calor en la piel, saltar encima de la cama, hacerme daño sonriendo, que me entiendan, pensar en volar muy alto, correr hacia el agua, encontrar una nueva canción, bailar sin sentido, cantar en la ducha, tirarme al mar desde una roca,meter la mano entre legumbres, el impulso de hacer una tontería , ayudar a alguien, escuchar reír.

sábado, 19 de junio de 2010

Un nudo en el estomago

Ayer llegue a casa. Los oídos me pitaban y tenía una extraña sensación agridulce mezclada con un nudo en el estomago que todavía sigue aquí. No sé porque que la gente quiere que todo sea tan difícil, quieren odiar a una persona que por lo mínimo quiso ¿porque gastar tan energía? y además haciendo daño a ella y a todo los presentes. Ayer me sentí demasiado rara porque tenía los nervios de un primer extraño, pero en este estreno nadie me miró.

Creo que no me merezco todo esto. Me imagino que odiar a una persona te corroe por dentro y te hace sentirte más mal a ti que a ella. Porque por lo menos a mi me cuesta girar la mirada cuando alguien te mira, día tras día, a mi me cuesta no hablar con una persona que dije que quería tanto, a mi me cuesta tratar a una persona como si no existiese, a mi me cuesta no hablar con alguien que competió tanto conmigo. A lo mejor un día, una semana porque hay mucha gente pero cuando las personas de disipan... no dirigir la mira a alguien del que supuestamente me hizo llorar de alegría, de tristeza, de nerviosos, de risa y que le di en algún momento todo lo que tenía.

Esa acciones me destrozan porque aunque odie que me traten como una princesita frágil. Tengo unos sentimientos de porcelana, que con cualquier movimiento se rompen y sangran.

Pero no sé, tendrá muchos motivos de peso.

domingo, 13 de junio de 2010

Dentro de poco.

Cuando miré atrás no quiero recordar solo las lágrimas que derramé y soltaré. Sé que será difícil que esto para de un día para otro, será algo muy difícil pero creo que no dentro de mucho los llantos que ahora no me dejan dormir y soñar, se esfumen. Tengo miedo de seguir así siempre, y que no lo pueda soportar más. Sé que las lluvias saladas nos alegaron y me alegan de todo el mundo. Esas gotas malditas que no me dejan expresarme, que me obligan a no centrarme, que no toleran que sea feliz. Esas que algún día se irán, y no volverán nunca más, que me dejaran sonreír y vivir en paz.

miércoles, 9 de junio de 2010

No me gusta esto.

Odio querer una persona. Lo tengo decidió, odio tener mariposas en el estomago por alguien; que ya no puedo amar porque lo decidí yo. Odio verlo por el instituto y buscarlo con la mira donde él me la deniega. Odio pensar que se arreglará y saber que no es verdad. Lo odio. Odio que se me estremezca el cuerpo y odio sentirme así. Sé que con el tiempo todo esto pasará. Espero no sentirme mas así, nunca más una vez y no más. No es un odio a los hombres y nunca más con ellos, si no, un no mas amores de domingos, de tardes de frió, de miradas cómplices y de sonrisa escondidas.

Odio querer a una persona de tal manera que sueño hablar con él.

viernes, 4 de junio de 2010

Un punto y seguido

Todavía me cuesta recordar que hace nada teníamos un safari en el parque y sabíamos hacer los domingos infinitos, sin que se me caiga una lágrima. Me gustaría que todo volviera ser como antes pero es imposible, cerré la puerta un poco antes de lo que se iba a clausurar y de una forma no muy correcta. Pero no será cuestión de tiempo que mis lágrimas paré y se conviertan en sonrisas. Porque todo irá mejor o eso es lo que quiero escuchar. No fue la mejor manera pero no puedo rectificar en como lo hice, solo que el tiempo nos transforme en dos buenos amigos.

jueves, 27 de mayo de 2010

Locus amoenus

Serán las pastillas, las vitaminas, los litros de aire que respiro o el sol pero sé que estoy en un proceso que donde no puedo parar. Sonrío de nuevo, me siento libre, se donde estoy y que hasta dentro de mucho no quiero que esto de un vuelco, y si lo da antes estaré preparada. No sé mucho más. Sé las cosas que no me gustan, pero ignoro las acciones que adoro. No quiero pensar en un futuro, por tiemblo de miedo. Cierro los ojos, veo una gran locus amoenus con mis amigos, cervezas, músicas y el, dándonos el sol y sin parar de sonreír. Esta soy la nueva yo, con la tensión baja y con un gran óptimo.
Por mí ti o por quien lo quiere oír

domingo, 16 de mayo de 2010

Donde todo puede cambiar.

Rememore a una etapa de mi vida, como los pasteles de merengue, ya olvidada. Esos días eternos de lágrimas, televisión y azúcar. Los domingos de tristezas ingratas y pesadillas vivientes, donde no podía salir de un bucle de insensatez y sensibilidad. Ayer y hoy rememoré todo, pensé que no había solución para los sueños muertos. Respiré, pensé, volví a respirar y sonreí. Dije definitiva mente adiós a lo miedos, a las tristes mirada, a las eternos problemas sin solución ni enunciado, a los domingos edulcorados, a las tardes de lluvias con lágrimas en los ojos, a las discusiones infantiles y le dije hola a la alegría. Sé que todo cambiará, no sé donde estaré, ni como, ni cuando, ni porque. No sé si cambiaría por una persona. Solo sé que a partir de hoy se me conocerá por mi sonrisa .

martes, 4 de mayo de 2010

Y agarro el cuchillo

Cada persona, en su día pensó que no valía nada ni siquiera una milésima parte de aquel disco de Antonio Vega que ya ha parado de sonar. Pero ella en aquellas situaciones de extremo dolor y decadencia del espíritu, había sido muy precoz ella con a penas seis años, cogió su primer cuchillo para hacer lo que muchas personas de edades más avanzadas quieren hacer quitarse la vida. Ella al final se dio cuenta que era una autentica locura y que no tenia el coraje para hacer aquel movimiento de voluntad y cobardía. La pequeña niña con el pelo negro como aquella sombra que veía todos veranos, se dio media vuelta y en vio una parte de su futuro su vida sería, una intensa lucha en lloros, llantos y mucho voluntad para seguir adelante.

lunes, 19 de abril de 2010

Algo diferente

El ambiente se mueve.
Las sonrisas desaparecen.
El silencio amanece
todo es diferente.
Mi sonrisa callada,
intenta despertar.
Después de la turbia mirada,
con la que aplastaste el mar.
Te toco me tocas.
Dificultades ajenas,
llegan a nosotros
mientras me cae la última gota del sollozo.

lunes, 22 de febrero de 2010

Algo distante, una niebla interior

Su pequeña sonrisa pasó a ser algo melancólica, no se porque, era que si una mano invisible le hubiera secuestrado aquel vivo gesto.
Me dijo que se sentía perturbada por algo que no la dejaba respirar, no la dejaba sostener el aire más de dos segundo, que no la dejaba pensar con claridad. Era algo extraño como la niebla que aparece a las siete de la mañana cuando sales de casa, que no te permite ver y te construye un muro de hormigón que te tendrá en vilo el día entero distraído, distante.

Pero después siguió, dijo que siempre hay algo detrás de aquel secuestro de mirada, de sonrisa. Se sentía mal desde hace mucho tiempo que aquella sensación distante la llevaba persiguen días, semanas e incluso meses. No sabía que muy bien que era. Así que le pregunte.
¿Eres feliz?
Se quedo callada unos minutos y una lágrima se le escurrió por su pequeña esfera azul, y me respondió. Estoy obligada a ser lo por ellos. Si me voy, ¿qué sería de vosotros? Os quiero más que mi vida. Podría vivir en el eterno infierno de Dante. Para que no paséis los mismo que pasé yo. Lo malo es que a veces se espesa mi niebla interna la cual no deja vivir, ver, escuchar con mi habitual claridad.

No pudo seguir.

Empezó a crear algo diferente a lo normalmente veía, lloraba pero de una forma distinta que la del resto.
Tenía algo, intento sonreír pero lo que pasó fue que no pudo y vi por primera vez un chasquido de su niebla interna. Me envolvió y ya no pude suspirar del mismo modo

jueves, 14 de enero de 2010

ι σι με θυιερεσ ¿πορθυε?

Me puse delante de ti no me salió ninguna palabra. Después me di cuenta de todo lo que pasó y mis pensamientos invadieron una quijotera prácticamente inerte de conocimiento. ¿Si me quiere, porque no confía en mi? Bueno o si confía ¿porque lo paga conmigo? ¿Porque me hace sentir como si hubiese echo algo malo?¿porque se escapa y no me aclara las cosas? Ninguna respuesta, y una cabeza a punto de estallar. Nadie me aclara nada. Y no se ¿porque?

¿Porque no piensa que sueño con abrazarlo a el? No se da cuenta todas las veces que lo miro, pero el ni si inmuta. De las veces que se me escapa una sonrisa al pensar en el. Solo se le ocurre pensar que el chico que esta a mi lado, quiero besarlo. Mentira. Estoy a su lado,pero solo porque a si puedo verlo mejor con se ríe o como mira para un punto fijo.

Me encantaría terminar diciendo que... todas mis respuestas se responderían con tres sílabas, pero eso no es así. No vivimos en una película América donde la protagonista se gira y la besan. Pero termina con... no se como termina.