miércoles, 18 de marzo de 2015

La canción que jamás termino de tocar.

Sabía que no era bueno volver a verle, pero quería saber cómo era su vida desde que ella ya no estaba con él. Cómo sería cerrar los ojos y ya no imaginarla. Cómo sería ya no sentir sus besos dejado de la ropa. Cómo sería no saber nada de ella.

Quería pensar que su vida ya no era un cumulo de insulsos insaciables llenos de amargura, ilusión y vodka barato. Quería imaginarse una vida nueva, llena de cosas bonitas, dulce de leche y canciones de cuna. 

El gran problema es que el caos que él un día le había despertado, nunca se iría. Ella ese caos continúo como una ciclogenesis en pleno febrero.
Sabía que no era bueno verle, pero deseaba con todas sus fuerzas poder ver lo.  Quería saber cómo estaba y lo mal que lo habían tratado los años. Ese rencor de cuando quieres a alguien tanto que ya lo odias para no pensar más en él.

Ella se acuerda de cada de una de los sueños que le dijo, de las historias que pensó y de los momentos no vividos. Pero lo triste, y cruel es que ella pensó que ya lo había olvidado para siempre. Y no era así.






Sus lágrimas tocan la copa de cerveza, mientras espera a uno más de los chicos de la lista. Deseaba no querer a nadie, pero  su corazón estaba guardado debajo de su cama entre sus calcetines perdidos, y aquella canción que jamás termino de tocar.