miércoles, 2 de mayo de 2012

Tu y mi historia.

Soñar es representar en la fantasía imágenes o sucesos mientras se duerme, o discurrir
fantásticamente, dar por cierto y seguro lo que no lo es.

Yo salía, tu entrabas. Nos miramos más de diez segundos a los ojos sin decir nada. Aunque sabíamos  lo que pasaba, eramos eternos imposibles. Y al final y al cabo, nunca llegaría a buen puerto.


Nuestras conversaciones parecían duraderas, como las lluvías de abril nunca terminarían.

domingo, 26 de febrero de 2012

Cucarachas.

Hace tiempo que no respiro como debería.
Hace tiempo que no sonrío como debería.
Hace tiempo que no te miro como debería.
Hace tiempo que no siento lo que debería.

Hace tiempo, la verdad es que no mucho, pensaba en todo relativo.
Mis pensamientos eran un tic- tac de sensaciones mezcladas con whisky, no entendía muy bien lo que pasa en el mundo y menos en mi cabeza. Las personas aparecían, residían un
tiempo determinado en mi corazón y luego se marchan arrancando trocitos de el. Las noches eran tristes, las mañanas eran despertares con las sabanas plagadas de desilusiones, tristezas y acciones no zanjadas del día anterior.

Los días brillaban pero la luz no llegaba. Me sentía sola, cada semana más sola. No entendía que me pasaba si era la ciudad, ese tiempo, esa gente o simplemente yo.

martes, 10 de enero de 2012

Mi caos patente.

Una sonrisa enclaustrada quiso salir al mundo donde el gris era el color favorito de la mayoría de las personas donde la crítica regia la vida de todos sus habitantes. Critica siempre se burlada de sus lacallos.

Se supone que escribo, porque se ven letras.
Se supone que respiro, porque el aire llega a mis pulmones.
Se supone que como, porque no me ven desnutrida.
Se supone que lloro, porque las lágrimas se escurren porque mi cara.
Se suponen muchas cosas, tantas que dudo que me puedo a ponerme a contarlas y tan pocas ciertas.

Después de mucho tiempo, salía de casa. No sabía como moverme, intentaba sonreír pero no podía. ¿Te acuerdas de que si aprendes a montar en bicicleta nunca te olvidas? Pues en el tema de la felicidad es diferente. Si te olvidas de ella, es casi imposible volver a recuperarla.

Como en muchas historias, haré una marcha atrás para que me ayudeis a descubrir donde me olvidé la maleta donde guardaba mi reducto de botes de purpurina, mis chicles y esos te quieros que todavía no había dicho.