sábado, 16 de abril de 2011

A priori.

Cuando sacó su nueva novela pensó que se iba a sorber el mundo con pajita, pero
terminó bebiendo el zumo de piña con malibú de su novia. El ya llevaba cinco rones mientras ella no podía terminar el primer cubata. Eso decía mucho de ellos, de como eran. Se querían si, pero era un amor tan delicado como una tela de araña. El no podía amar, querer de verdad a alguien que no bebiese con pasión una cerveza o un ron de buena marca. Era su forma de ser, su filosofía de vida. Nunca había querido tanto a una chica pero sabía que esta no sería a la que más desearía. Sabía que algún día encontraría a su ying, estaba cerca pero todavía no podía verlo pero lo sentía.
Era rara la sensación querer a alguien y saber que tu otro yo en mujer estaba cerca.

Cada día; bebía café, encendía el ordenador y leía en periódico. Soñaba, soñaba con estar lejos de aqui con Nueva York o tal Milán. Su vida le gustaba pero le faltaba ese tonó de locura que le daría estar con una niña un tanto caóticas, desordena. Siempre le había gustado resolver acertijos y por eso necesitaba una chica que no se conociese del todo, para ser el que tomase la iniciativa.

Escusas. Eso fue lo que le dijo, un día a la chica del Malibu. Escusas. Te quiero, pero no eres para mi, ni yo soy para ti. No me veo estando contigo en mi jubilación. Y lo peor de todo, es que no te vea, si no que me imagino mi futuro. Y eso es algo que odio. Ella se echo a llorar. Pero no sabía que hacer. No era de consolar a la gente.

Cogió sus cosas, que no eran muchas, y se fue. Fue a la estación de tren, y compró un billete con destino Barcelona.

Allí, las prisas, los atascos se le confundiría con la gente. Era lo que necesitaba, para el pequeña gran libertad. Lo que en un principio andaba buscando.

1 comentario:

  1. Curiosa historia de amor. Curiosa forma de querer a alguien sin llegar a amarlo. Y curioso el universo cosmopolita que recreas alrededor de dos personajes tas distintos como semejantes, tan pasionales, tan diferentes en cuanto a sentimientos.

    Y es que ese sinfín de excusas, esa variopinta miscelánea de razones prometidas y sabidas, se personifican en aquella degradante figura tópica que es el "no eres para mí".

    Porque es así de triste, de cruel a veces; y porque los tíos somos un tanto cabroncetes. Por eso me parece de puta madre que atiborres a cubatas a tu anónimo protagonista. Porque seguramente le haga falta olvidar, evadirse en esa Nueva York o en su conocido Milán. Y porque en estos tiempos que corren el amor es solo una sutil sombra que amenaza con cubrirnos de tanto en tanto, cuando menos nos lo esperamos.

    Es por esto que la gente últimamente se empeña en afirmar que el amor no existe. ¿Realidad o ficción? Eso es algo que nos toca a nosotros mismos descubrirlo.



    PD- Y ahora es cuando te preguntas qué coño es esto. Lo cierto es que me extrañó verte ayer. No sé, fue curioso; sobre todo teniendo en cuenta la cogorza que llevaba. Y es tan simple como que hoy me dio por entrar en tu tuenti después de tropecientosmil años y vi que tenías un blog. Y como yo soy un "frikazo" de la escritura, pues aquí estoy, niña de la sonrisa perdida ;)

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