Cuestiones sin resolver. Como el rosa es mi color, sin yo desearlo; sigo escribiendo cosas perfumadas a flores. Te digo que odio pero de la forma más bonita que has escuchado, y te quiero de la manera más triste posible.
Soñamos con barcos y tiburones mientras te sostenía el teléfono. Yo en ropa interior y tú a 100 km de mi, la vida es dura dijiste cuando te despediste. Pero es normal ¿no? fue lo último que escuche de tu tierna voz y tu silueta alternativa.
Nunca he llegado a saber que es lo normal, la normalidad, sonrisas cruzadas y querer a alguien y después, ¿la perfecta despedida? o ver a una persona que sabes que nunca llegará a pronunciar esa famosa frase de romanticismo y cobardía.
La normalidad, otro escaño más hacía la triste vida prefabricada que todo aspiramos a vivir.
Un trabajo
Una familia
Una hipoteca
Y un pequeño grupo de amigos
Todo simétrico, así a simple vista perfecto y normal; como una melodía pop ya desgastada. Pero esa normalidad es conrropida, destrozada en su interior. Porque nada es normal, aunque digan que si. Siempre habrá algo diferente en tu vida, seguramente no expresarás pero hay algo diferente en tí.
El vino, y se fue. Fueron movimientos lineales, para sorprender a esta lucha de sentimientos, acciones, monotonía y rarezas que tenemos sobrellevar.
Y como siempre, dijo que lo nuestro ya había traspasado la normalidad, era todo demasiado raro. Normal, mientras yo le miraba el pensaba en irse y no volver más.
Y después la rara soy yo.
Me gusta, deberías escribir más, señorita rara ;)
ResponderEliminarY quedarte a comer los lunes ¬¬
También te pueden comer los Lunes carajooooooooo (*Acento mejicano para meteros en el ambiente).
ResponderEliminarJajaj el próximo lunes aunque tenga examen de Gallego, me quedaré!
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