Cerré los ojos muy fuerte, para que nadie viera la sensación que me envolvía todo mi cuerpo. Por un momento lo conseguí. He intente irme pero mis pies no obedecían a mi cabeza. Estaba atrapada frente a alguien con la que había pasada todo mi vida hasta ahora. Pero ella en un sueño en el que no podía despertar.
Me acuerdo que no me di cuenta hasta que la gente empezó, a recordarla. Fue un dolor intenso el cual me hacia temblar, soñar y recordar. Ella me había prometido que no se moriría hasta que traspasara esa franja invisible de la llamada mayoría de edad. Creó que se murió en un instante perfecto. Ella no soportaba que yo creciese que me hiciese mayor que no la necesitará, aun yo todavía la necesito cada día. Escuchar aquellas historias basadas en hechos reales y ver que fue una de las grandes mujeres de la represión, que dio todo por sus hijos y por mi. Esa es mi gran escusa para no ahogarme en los llantos de afecto y morriña.
Porque siempre la necesitaré.
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